Si te preguntaran en
este momento ¿Qué hay dentro de tu corazón, cuál sería tu respuesta?
-
Sangre…
-
Jajajaja sería una respuesta
coherente pero..
Probablemente pueda
tener dentro de sí mucho amor, alegría y paz; pero cabe también la probabilidad
que este pueda estar lleno de muchas otras cosas que no tengan nada que ver con
algo positivo, tales como: Envidia, rencor, resentimiento, mentiras y muchas
otras que simplemente ahogan tu corazón impidiendo que pueda trabajar para
seguir creciendo, pudiendo así, darse a los demás y compartir lo bueno que hay
en él.
Es difícil muchas veces
poder quitar todo aquello que ha lastimado a nuestro corazón; pero recordando
un poco, no debemos olvidar quién es aquel que debería ser el dueño del mismo;
donde sin importar todas las personas que puedan estar ahí dentro, el que debe
ocupar el lugar principal es Dios.
¿Por qué Él? Es un
complicado y a la vez sencilla la respuesta; ya que lo tienes como tu centro, el
simple hecho de traer a tu mente que Dios es Amor, significa que este término
abarca muchas áreas por trabajar y al mismo tiempo poder ir puliendo cada una
de estas. Y se trae entonces esta preciosa cita bíblica, que contiene rica
enseñanza directamente para nuestro crecimiento espiritual.
“Porque donde esté tu
tesoro, allí estará también tu corazón” Mt 6, 21 y si Dios está en tu corazón,
quiere decir que vas por el camino correcto.
Es aquí donde se viene
la parte complicada, puesto que Dios mismo nos ha enseñado cuáles son las cosas
que debemos y no debemos hacer (queda claro que no estamos obligados, si lo
hacemos, lo hacemos por fe y amor a Él; pero tenemos que recordar nuestro libre
albedrío está intacto; sólo nosotros damos el sí o el no ante cualquier
situación) pero nuestro Padre es el Tesoro de nuestro corazón, todas Sus
enseñanzas, Su Palabra, Su ejemplo deberían ser para ti, aquello que anhelas
alcanzar, que deseas cuidar ¿O acaso si encuentras un tesoro, pasarías de largo
y no harías nada para poder guardarlo y saber administrarlo?
Escudriña, busca en tu
interior que es aquello que está guardando, aquello que está acumulado, y si al
revisarlo encuentras que hay cosas que no te sirven para todo; lo más pronto
que puedas, encárgate de desecharlo; puede que sea basura lo que esté escondido
y esto sea lo que impida que el verdadero tesoro de la vida, habite en tu corazón;
y al tomar este tesoro poder comenzar a disfrutar de las alegrías que trae
consigo; sin olvidar por supuesto, que debes convertirte en ese buen productor
y administrador, para que las inversiones que hagas, puedan dar fruto, ser
multiplicadas y compartirlas con los demás.
Llena tu alma y corazón
de Dios ¿Cómo? De la manera en como tú te sientas mejor con Él, en la forma en
que llevas tu relación; y si quieres mejorarla no olvides que te dejó regalos
especialmente para ello; la Eucaristía, la Oración, la Palabra que da vida, los
Sacramentos, etc etc etc… Que te permiten y recuerdan aquello que en realidad
es un tesoro, y aunque no sea fácil el camino, vale la pena jugárselas por
Cristo y sin olvidar a María, quien guardaba las cosas en su corazón.